Acelerar la innovación

El valor que concentra la innovación no se encuentra solo en las ideas, sino también en su ejecución y en su paso a una escala mayor. El objetivo es no agotarse y querer explotar todas las oportunidades que ofrecen las tecnologías y saber llevar a escala una innovación útil que tenga impacto en los usos y el negocio, que sea razonada y sostenible, en un momento en que los progresos de la IA suscitan temores.
El acta de innovación es un verdadero catalizador cultural en el seno de la empresa, aportando nuevos métodos de colaboración más transversales. Más que de starts-ups o de enfoques clásicos de estudios de mercado, la innovación debe nacer de la observación de los usuarios a través de un punto de vista etnológico. Antes de precipitarse hacia las soluciones, hay que partir de la exploración de los clientes para identificar estas paradojas del día a día, estos puntos de fricción que tienen tanto espacio, oportunidades para crear servicios útiles y diferenciadores.
Por último, más allá de los usuarios, se trata de crear una historia compartida en el seno de la organización para señalar la ruta hacia la industrialización y asegurar la pertinencia del resultado. Reunir diferentes partes interesadas, combinar las competencias, «deshacer» y jugar con la diversidad de los puntos de vista para facilitar la apropiación y la emergencia de lo inesperado.